Me siento en mi escritorio para celebrar el 18º título del ex del Madrid, pero siempre madridista, Raúl González Blanco.
Esta leyenda viva del fútbol español, y del Real Madrid, ha logrado lo que nadie ha conseguido. Tiene en su palmares 6 ligas, 3 Champions, 2 copas intercontinentales, 1 supercopa de Europa, 4 supercopas de España, 1 copa de Alemania y 1 supercopa de Alemania. Impresionante. Sólo le faltó estar en la selección en el momento acertado. Raúl es más que un jugador. Él es el capitán del madridismo, el jugador más grande que ha pasado por el club, aquél que hizo callar al Camp Nou en aquella temporada 1999-2000, aquél que marca y decide un partido, aquél que parece muerto y revive cuando hay que hacerlo, el pichichi, el que tira del carro, el más grande goleador de las competiciones europeas, y todos en champions (71), el que ha hecho del Shalcke 04 uno de los mejores equipos de su historia, llegando a semifinales de Champions,... la lista es larga. Jorge Valdano es el que hizo debutar a Raúl aquella temporada 94-95 en la Romareda (Zaragoza 2-2 Real Madrid), allí no metió. Pero si lo hizo en su primer partido en el Santiago Bernabéu. Real Madrid 3, gol de Raúl, asistencia de Raúl y penalti a Raúl, Atlético de Madrid 1. Nacía una leyenda que supliría a Emilio Butrageño, otro grandísimo crack. El fútbol a veces es injusto y a Raúl nunca le dieron el balón de oro, algo que queda pendiente con él y que hay que solucionar.
Me despido de vosotros con un saludo y con un ¡Grande, Raúl, grande!
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