lunes, 20 de febrero de 2012

El juez estrella se estrella.



Me siento en mi escritorio estupefacto. Hace pocos días se produjo la sentencia del Tribunal Supremo sobre el ya exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. El caso es que nada más salir la sentencia que le inhabilitaba 11 años, la izquierda de este país salió a la calle con pancartas como “injusticia”, insultos a los magistrados como “fascistas” o recordando que el juez estrella es un firme luchador de los derechos de las víctima de la Guerra.

Lo que está pasando en este país es gravísimo, en mis años de vida de democracia nunca había visto algo así. Insultos hacia uno de los máximos órganos de justicia, decir que no se respeta la sentencia, etc. Pero qué está pasando aquí, hemos perdido los papeles del todo. Me explico. Al juez Garzón no se le sentó en el banquillo porque a una persona le brotó un día, sino por escuchas ilegales a abogados con sus clientes y da igual si esos abogados merecían ser escuchados, las escuchas fueron ilegales. Ante este hecho y con base a las pruebas y testimonios pertinentes se condenó a Garzón. No tiene nada que ver que haya investigado al franquismo 35 años después, él es culpable y punto. Y esperad que todavía le tenga 2 causas más y una de ellas precisamente es el de la memoria histórica.

Pero lo más grave es que un sector de nuestro país ateniéndose a criterios ideológicos, y no a criterios legales o jurídicos, dice que no respeta la sentencia, salen a la calle y hacen un espectáculo de algo tan serio como triste, que es que un juez de la Audiencia Nacional sea inhabilitado. España estos días se parece a una república bananera y no a un país democrático y desarrollado que respeta las instituciones y el estado de derecho. Claro, porque ahora por ejemplo condenan a Aznar y la derecha sale a protestar y se crean 2 bandos peligrosos que no aceptan al otro. Señores, esto ya lo hemos vivido y no debe pasar de nuevo. He dicho.

Un saludo desde mi escritorio. 

jueves, 2 de febrero de 2012

La democracia, si breve...



Me siento en mi escritorio, soy asturiano y gracias, o por culpa, de Cascos somos noticia. En Asturias estamos viviendo un tiempo de absoluto caos que, personalmente, me trae harto. El pasado 22 de mayo el partido de Francisco Álvarez Cascos, FAC o Foro, ganó las elecciones con una minoría simple de 16 diputados, por los 15 del PSOE, 10 del PP y 4 de IU. 8 meses después, el presidente de la Junta convoca elecciones para el próximo 25 de marzo. Señoras y señores, mi posición es clara. El partido de Cascos es un partido personalista, es una escisión del PP, está dirigido por un señor que dejó la política en 2004 y ha vuelto porque se aburría, está dirigido por un señor que ha roto por 2ª vez el PP en Asturias, etc. Sin embargo es el único capaz, de entre los políticos asturianos, de sacarnos de la crisis en lo que a las autonomías les toca. Acepto que se diga que es autoritario, soberbio, etcétera, etcétera, pero el caso es que trabaja, trabaja bien y gana elecciones. Además me mosquea considerablemente el pacto PP-PSOE materializado en el presidente de la junta, aupado con los votos socialistas, o en el caso del ayuntamiento de Siero. Seguro que algunos me diréis ¿y Gijón? pues yo os respondo que si Carmen Moriyón no fuese hoy alcaldesa de  Gijón, los concejales del PP de allí no podrían salir a la calle de la vergüenza, ya lo que me faltaba. La gota que colmó el vaso fue el rechazo de los presupuestos, unos presupuestos necesarios y cuya alternativa, hoy vigente, es el presupuesto anterior, nefasto y el cual el propio PP votó en contra.

Estimados lectores, no seré yo quién niegue los clamorosos errores de Cascos o el hecho de que le de igual Asturias, pero el caso es que es menester que sea elegido presidente con mayoría absoluta el próximo 25 de marzo. De esta forma podrá gobernar y se acabará con este cachondeo que se trae entre manos el Partido Popular asturiano desde la última visita de Cacos.

Un saludo desde mi escritorio.