Joder Israel, pareces nuevo.

Me siento en mi escritorio verdaderamente sorprendido de un país como Israel. En los últimos días hemos tenido noticias de un acuerdo entre el estado judío y la banda terrorista Hamas, que gobierna en Gaza. Este acuerdo consiste en un intercambio. A cambio de recuperar al soldado Guilad Shalit, cautivo desde el 25 de junio de 2006, Israel entregará a la banda terrorista un total de 1027 presos, entre los cuales, eso sí, no se encuentran líderes de la banda. Este martes se efectuará la liberación de 477 presos. 599 israelíes murieron por culpa de esa gentuza impresentable. Por un lado tenemos la alegría de que el soldado será liberado y podrá volver a su casa y por otro la ira e impotencia porque unos canallas van a ser liberados.

Estos son los hechos. ¿Acierta Israel? en mi modesta y teórica opinión no. Digo teórica porque no se lo que pensaría si me ocurriese a mi, pero desde luego creo que no acierta. Y no acierta porque con terroristas no se negocia, se actúa. En España tenemos el caso, que no me gusta recordar, de Miguel Ángel Blanco que fue triste y vilmente asesinado, pero los terroristas no sacaron nada, no pudieron utilizarle y vieron morir a un ser humano, a un hombre y no a un perro, que es lo que ellos son. Digo que me sorprende Israel porque su lucha contra el terrorismo es fuerte y esta negociación les debilita y ablanda, les hace vulnerables y da aire, fuerza y oxígeno a los terroristas. Todos queremos ver libre al soldado Guilad Shalit pero no queremos ver en la calle seres condenados con cadenas perpetuas por sus múltiples asesinatos. Esa gente no se arrepiente y estas liberaciones provocarán más muertes y secuestros. Entiendo ambas posturas pero las liberaciones son mlas soluciones. Imaginar como están las familias de las víctimas de esos asesinos cuando vean salir sonrientes a sus ejecutores de la cárcel. Finalizo alegrándome por la liberación del soldado israelí, ahora sargento creo, pero diciendo que me parece equivocada la decisión.

Un saludo desde mi escritorio. ¡HATIKVA!