Me siento en mi escritorio muy contento con lo que sucedió ayer en nuestro país. Suena el pistoletazo de salida de la décima legislatura y en los próximos días Mariano Rajoy será investido como el sexto presidente del gobierno de la actual democracia. No cabe ninguna duda de que la economía marcará la agenda política y los quehaceres del próximo ejecutivo. Ni que decir tiene que de una crisis como esta, cuyas consecuencias son más graves que el "crack del 29", se sale de la nada, con el paso del tiempo o con peticiones profundas. De esta situación se sale con austeridad, sacrificio y trabajo, aunque sé que no nos gustan ninguna de ellas, son tres máximas que sin ellas no se consigue nada. Y me preguntaréis por qué escribo esto, pues la respuesta es que el próximo ejecutivo va tomar esas tres palabras y las va a elevar a la máxima potencia. Queridos lectores tenemos que remar todos juntos, a nadie le va a gustar lo que suceda estos meses pero tenemos que tener altas miras y pensar que los frutos se recogerán a medio y largo plazo. Es pura responsabilidad y sentido común, pues de prestado no se va a ninguna parte. Lo digo por todos los ciudadanos, pero sobre todo por aquellos sectores, y lo voy a decir, de izquierdas que como han perdido estrepitosamente las elecciones tienen que poner continuamente la zancadilla a las medidas necesarias. Y termino diciendo que si 5 millones de personas aguantan como campeones sin trabajo ¿no vamos a poder sacrificarnos el resto? creo que sí.
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