lunes, 26 de marzo de 2012

Del puzzle asturiano, a la momia de Olvera.



Me siento en mi escritorio para analizar el resultado electoral de la pasada jornada. Se nos presenta una coyuntura paradójica. En Asturias ha ganado el PSOE y en Andalucía el PP, pero ambos sin mayoría absoluta y ambos podrían perder el gobierno de sus respectivas comunidades. El caso asturiano no fue ninguna sorpresa y todo ha ido como si de una película de persecuciones de Hollywood se tratase. El partido del gobierno, el FAC (Foro Asturias Ciudadanos o, si lo prefieren, Francisco Álvarez Cascos), ha perdido el voto protesta de izquierdas que ganó hace seis meses. Es algo obvio, si una persona vota la opción contraria por cabreo y esta no dura más de un año, vuelve a votar a su opción de siempre. Lo que si que mantuvo Cascos fueron los votos de la mitad del PP que se fue a Foro, al igual que el PP mantuvo su resultado de hace 10 meses, el voto de la otra mitad del PP. Esperemos que PP y FAC se entiendan y lleguen a un acuerdo, siendo lógico que el presidente del gobierno sea Cascos. No olvidemos que este era el  objetivo de la convocatoria electoral, llegar a acuerdos con el nuevo PP asturiano. Aunque no hay que dar el abanico político por cerrado, el voto emigrante podría arrebatar un diputado a Foro para dárselo al PSOE. En ese caso pactaría con los 5 diputados de IU y UPyD tendría la llave de la gobernabilidad del Principado. Lo natural sería que pactase con el bloque de izquierdas pero fue Foro quien le permitió formar grupo parlamentario a nivel nacional. Las cartas están repartidas, ahora toca jugar.



El resultado andaluz plantea menos opciones y parece estar más claro. El Partido Popular de Javier Arenas (criado en Olvera) no ha podido conseguir la mayoría absoluta y, a pesar de haber ganado por primera vez en Andalucía, tendrá que pasar, a priori, 4 años más en la oposición. Se ha visto claro que el desgaste de Griñán, los EREs  y toda la corrupción de los últimos 30 años ha ido a parar a IU y no al centro-derecha, con lo cual es como si nada hubiese pasado.

Un saludo desde mi escritorio.

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